UESTRAS EGREGIAS y preclaras mentes de la
radio y televisión patrias nos van a deparar un otoño-invierno
para pasarlo pipa. En la pasada temporada, el locuaz
talibán
de las Ondas Episcopales ya se envalentonó ante
el “invierno mediático que se nos venía
encima” y transformó su alcachofa en un cetme
para repartir candela a diestro y siniestro durante las frescas
matinales. En las antípodas de los curas, el hiperprofesional
Servicio Español de Radiofusión respondía
con el talante tranquilo propio del megalíder que observa
al resto desde un inalcanzable promontorio. Sabedor de que
el
friend ZP arrimaría el codo a la sardina
que loa a su Gobierno guay del paraguay,
Polanco se
dijo: “Por pedir que no quede”. Y pidió
una TV flamante que, merced al buen rollo gubernamental, se
podrá sintonizar a partir de noviembre. Mola, debió
pensar el de Santillana del Mar, pues, después de darme
el
Plus y quitarme de en medio la mosca cojonera de
A3 Radio, ahora me cae en gracia un nuevo retoño
para seguir forrándome.
Cuatro, así se
ha bautizado a esta criaturita que, probablemente, traerá
bajo el brazo una inmensa barra de pan. Y si no, habrá
que obrar nuevos enjuagues con el pillo de
Rubalcabín.
A los de la derecha, que andan de muy malas pulgas desde que
ya no mandan, les ha dado por la tremenda y han tirado de
sus fieles
plumillas para amplificar sus ladridos.
Debieron pensar que, frente al superaliado Polanco, ellos
deberían ladrar más alto, hacer de “pancarteros”
y apelar a los añejos valores que nos valieron, en
tiempos de
Pachi, el honorífico título
de “reserva espiritual de Europa”. Por eso, lo
primero era arremeter contra las aperturas legislativas en
favor de la pluma y, a continuación, zarandear al Bambi-presidente
por su deriva nacionalista contra la sacrosanta unión
nacional. Hábrase visto, debieron pensar, quieren amariconarnos
y hacer añicos lo parido por
Isabel y Fernando.
La heridita del 11-M siempre estuvo ahí. No la humana,
sino la de la patada de la poltrona que el trágico
hecho les ocasionó a Ánsar&Cía.
Se manoseó, como ya es costumbre adquirida por aquí,
la memoria de los muertos. No quedó duda de que los
bastardos socios del Barbas Laden habían sido
lo asesinos. Pero, como la campaña nunca termina
para los políticos, unos y otros se echaban estiércoles
con la reciprocidad habitual de otras veces, como con el
Yakovlev en el pasado o, como ahora, con la muerte de los
retenes en Guadalajara o los militares caídos en
Afganistán. No parecemos tener remedio. Mientras
halla muertos de por medio, la exhumación electoralista
de los cadáveres se volverá a hacer sin grandes
escrúpulos.
Este nuevo curso, la vuelta al cole no sólo
se vivirá intensamente en El Corte Inglés.
En sus transistores y receptores de TV, nuestra prensa independiente,
plural y objetiva ofrecerá espectáculos circenses
tan bochornosos como el de Villa y Carnicero
en el show del insulto de 59 segundos. Pobre Mamen
Mendizábal, ella pensó que, por la vía
del diálogo, quizá podría surgir algo
de sensatez en la vida pública de esta Piel de Toro.
Pero aquí, donde a cojones no hay quien nos gane
y donde la vena nos surca por el cuello en cuanto nos tocan
el poder o los cuartos, aquella idea quedó reducida
a una ingenua buena intención. Gabilondo,
el buque del Imperio, se marcha a Cuatro, la nueva
criatura de Él. Pero ya preparan abundante artillería
para contraatacar los de las homilías hertzianas,
los superacadémicos de ilustres posaderas curtidas
en la RAE, los directores de autoatribuido corte sajón
dueños de piscinas ilegales y algunos más
de la cuadrilla. Ya verán ustedes: nos vamos a hinchar
de imparcialidad y profesionalidad. La verdad relucirá
con tanto esplendor que, cuando les leamos, escuchemos y
veamos a unos y otros, deberemos pertrecharnos de unas gafas
de sol de ultraprotección solar. Yo, por si acaso,
las voy encargando.
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