RENÉTICOS,
VITAMINADOS, divertidos, radiantes en su atractiva
y magnética pose ‘artie’, lo
que diferencia a estos cuatro británicos
de grupos como ‘The Futureheads’,
‘Hard-Fi’ o ‘Dogs Die In Hot
Cars’, similares en influencias, sonido
y calidad, está en la ambición y
entusiasmo que desprenden, en la naturalidad con
la que destacan como los chicos más listos
de la clase. Dicho esto, decir que no te gustan
porque le gustan a todo el mundo es simplemente
una imbecilidad, y que tienen una legión
de fans queda claro por los adulatorios adjetivos
con los que son obsequiados por crítica
y público. Eso quiere decir que compararlos
con The Knack, Talking Heads o Madness no aporta
demasiado a estas alturas salvo que te guste el
pop de guitarras y hayas pasado el último
año y medio hibernando. ‘You could
have it so much better’ es, si cabe, más
afilado, hipertenso y contundente que su estruendoso
álbum de debut, e igual de bueno aunque
ya no cuenten con el factor sorpresa.
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