ESPUÉS
DEL aclamado ‘One word extinguisher’, con su no
menos celebrada secuela en forma de ‘outtakes’,
Scott Herren afianza su peculiar fórmula de troceado
musical en un disco tan poliédrico y multiforme que
le convierte de nuevo en objeto de atención de un público
heterogéneo, entre el que se encuentra un servidor,
ajeno a la cultura hip hop aunque capaz de reconocer que las
bases rítmicas del mencionado género son utilizadas
como pegamento de muchas otras cosas para crear un collage
tan complejo como atractivo. Una mezcla que puede desconcertar
dada la fragmentación constante de las melodías
y el continuo viraje de las mismas en mil direcciones, algo
así como una improvisación jazzy generada por
medio de beats electrónicos que tan pronto sirven de
colchón a un ‘rapper’ como se apropian
de delicadas ambientaciones folk. Un disco ambicioso y prolijo
en colaboraciones que sólo se puede valorar tras una
visión panorámica, escuchándolo de una
sentada, dejándose absorber por sus pasajes abstractos,
por las dulces voces femeninas que a menudo lo mecen, por
la audacia del conjunto. Un disco de los que gana enteros
con cada nueva audición.
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