A ANTIGUA novia
de Syd Barret debería estar orgullosa. Su nombre, que
figura en ‘Lucifer Sam’, una canción del
esquizofrénico más famoso de la historia del
rock, ha sido tomado prestado por dos talentosos y originales
músicos italianos, los primeros en fichar por el sello
Sub Pop. El tercer disco del dúo es un trabajo de orfebrería
pop tan detallista y delicado y un ejemplo de producción
tan impoluta, que delata la clarividencia de la pareja de
Padova, en absoluto unos alucinados por mucho que ejerzan
de predicadores psicodélicos herederos de Mr.Barret
o por más que hablen de ‘Valende’ como
de un ‘viaje a ninguna parte’. Entre parpadeos
estroboscópicos de apariencia naif, praderas mecidas
por suaves brisas folk y melodías juguetonas, el tercer
disco de Marco Fasolo (voz, guitarras) y Alessio Gastaldello
(batería) produce una sensación de laxitud introspectiva
sólo rota por el vitaminado ‘I do dream you’,
la circense ‘Nothing makes sense’ y el desquiciado
desvarío instrumental de ‘Hessesopoa’.
Un disco absolutamente imprescindible donde lo extravagante
(utilizan instrumentos tan insólitos como cadenas de
hierro o balones de helio) casa con el clasicismo de unas
composiciones que no tienen fecha de caducidad.
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