SCRIBO PORQUE las personas a las que amaba han
muerto. Escribo porque cuando era niña
tenía una gran capacidad de amar y ahora
esa capacidad de amar está muriendo. No
quiero morir.» Así comienza el relato
en primera persona de Jana, la historia de un
matrimonio y de su ruptura. La que ha sido definida
como una moderna madame Bovary israelí
es una estudiante de literatura hebrea. En la
universidad conoció a un geólogo,
Mijael Gonen, se casó con él y,
poco a poco, una enrarecida distancia se abrió
paso entre los dos. La narración, muy femenina,
de Amos Oz avanza con estilo breve, cotidiano,
y sondea los pensamientos más ocultos y
las emociones más profundas en la confesión
de la protagonista. Con rara habilidad, el autor
logra captar los mínimos matices del carácter
y del sentimiento, saca a la luz, con lucidez
y delicadeza, los motivos de la frustración
y del sufrimiento, y llega al origen del progresivo
encerrarse de Jana en un mundo trepidante de maravillosas
aventuras imaginarias, fantasías sexuales
y terribles pesadillas, en el cual «su»
querido y tranquilo Mijael nunca logrará
penetrar. Como telón de fondo de esta magnífica
novela psicológica, la silueta de una ciudad,
Jerusalén, en los años cincuenta,
sobre la que aletea el espectro de la guerra.
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