OS ANGLOSAJONES utilizan coloquialmente el término
Haunts
para referirse a un garito, un sitio de comidas bueno, bonito y barato
con ciertas características idiosincráticas como una cierta
incomodidad, servicio poco profesional...
Y si tuviésemos que dar un ejemplo lo que es para nosotros un
Haunt, este sería sin duda Asturianos, el pequeño
bar de tapas-vinoteca- casa de comidas situado en el madrileño barrio
de Chamberí que regentan los hermanos Alberto y Belarmino Fernández
junto con la fundamental ayuda de doña Julia, su madre.
La entrada de Asturianos es una barra con cuatro mesas donde los parroquianos
degustan fastuosas raciones de morcilla Matachana, setas de temporada,
fabes de mil maneras y excelsos guisos de carrillera del Valle del Esla
o morcillo, acompañados de los mejores vinos nacionales e internacionales,
desde Riesling a Chatoneuf du Pape, oiga. Todo ello acompañado del
cachondeo y desparpajo con el que los hermanos tratan al personal que abarrota
sus mesas.
Pero no sólo eso, además de los platos tradicionales que tanto Alberto
como Belarmino son consumados gastrónomos, taberneros por vocación
y cocineros avezados que hacen sus pinitos con innovadoras recetas, como
el carpaccio de rape con caviar de oficios (erizos de mar), las albóndigas
de boletus o un orgásmico flan de queso.
En el interior disponen de un recoleto comedor donde es casi imposible
comer sin darse codazos con los comensales de enfrente, con los que, irremediablemente,
acaba uno entablando amistad. ¿Ven a lo que nos referíamos
con idiosincrático?
Vayan con la mente abierta y déjense contagiar por el cachondeo,
afabilidad y grandes viandas que aquí se sirven, y si se encuentra
rumboso, no se corte con el vino y disfrutará de una de las mejores
comidas que puede uno darse en la capital del reino.
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